El Asombroso
Hombre Araña
Por: Alberto
Rodríguez León (missignoneon)
Mi nombre es Peter Parker, tengo 15 años y actualmente
estudio en la preparatoria Midtown. Por desgracias del destino me toco ser el
típico niño enclenque que es bueno en los estudios, pésima condición física y
mal trato con las chicas. De los pocos amigos –si no que el único- que tengo-
es Harry Osborn, hijo del millonario y empresario Norman Osborn.
Lo que sea. Este día cambiaría mi forma de ser para
siempre. Estaba en la cafetería con Harry, tratando de ayudarlo con la tarea de
matemáticas.
-Te lo digo, simplemente tienes que restarle –mencionaba
mientras lo apuntaba en su cuaderno.
-Si tú lo dices Peter ¿Podemos pasar a química? –dijo
mientras se frotaba la barbilla con la mano y trataba de comprender lo escrito.
-De acuerdo… -y cuando me agaché para tomar mi libro, una
rosquilla me golpeó en la cara tirando mis anteojos.
-¡Cielos Flash!... –dijo el grandulón de Kong, un chico
de mi edad, pero parece alguien de 20 con lo gordo que esta –justo en el
blanco.
-¿Qué te puedo decir? –comenzó a alardear –Creo que me
debes 10 dólares –estiro la mano y rio maliciosamente.
-¿¡Qué diablos te pasa!? –preguntó Harry molesto y
levantándose de su lugar abruptamente.
-Calmado Osborn, podrías ser el siguiente –dijo
frunciendo el seño y estirando la mano para que se calmara.
-¿Sí? –acercándose frente a frente a Flash –Inténtalo.
Se veía que Kong quería golpear a mi amigo, Flash simplemente
se le quedaba viendo feo, desde que Harry se levantó del asiento, se quedaron
callados todos alrededor y viendo la escena. Harry sólo se quedaba viendo a
Flash con los brazos a los costados con los puños apretados.
-¿¡Qué sucede aquí!? –preguntó el prefecto que estaba
emergiendo de entre los alumnos -¿Qué sucede? –volvió a preguntar viendo a los
tres sujetos que tenían a su alrededor un gran espacio, todos se dispersaron.
-Ja, ja –rió
burlonamente –Nada, sólo nos divertíamos –dijo alzando los brazos y continuando
con la risa –Vámonos Kong, dejemos a estas dos nenazas –esto último lo dijo de
una manera desagradable y dándole una palmada en la espalda al gigante Kong, se
marcharon.
Yo seguía en mi asiento, sobándome el rostro, estaba
furioso, pero no había nada que pudiera ha hacer. Si me les enfrentaba me
partirían en dos, los maestros no han hecho nada más que unos regaños.
-Peter… ¿Estás bien? –me preguntó volteándome a ver.
-Sí… -le dije en voz baja –sólo deja que encuentre mis
anteojos –y comencé a buscarlos a gatas cuando…
-Toma Peter –dijo Mary Jane, la pelirroja más cotizada de
toda la escuela me estaba entregando mis anteojos y ¡Me estaba hablando! -¿Te
encuentras bien? -¡Sí!, me está hablando.
-Yo… um… -¡Malditos nervios! Ella soltó una risa y yo toe
lo que era mío temblando y creo que me sonroje, por Dios, que no estuviera
sonrojado.
-¡Mary Jane! Vámonos –le gritó una de sus amigas.
-¡Ya voy! –dijo volteándola a ver y dándome un guiño me
dijo “adiós”.
-¡Cielos! –dijo Harry que estaba viendo la escena y
esperando a que se fuera, se acercó y me dijo –Debes de mejorar eso –me dio una
palmada y burlándose.
-¿Tú crees? –dije desanimado.
-Sí, pero bueno, toma tus cosas, es hora de irnos –me dio
otra palmada y tomó su mochila.
-¡Cierto! Iremos de excursión a los laboratorios de tu
padre.
Los laboratorios Osborn son una maravilla, tienen grandes
propuestas y un excelente equipo, estaba maravillado, mi cara resplandecía como
la de un niño en navidad, pero lo peor estaba por ocurrir. Resulta que en estos
laboratorios estaban realizando pruebas con animales y el momento más
vergonzoso ocurrió.
Resulta que estaba hablando con Harry detrás de una
columna y Mary Jane se estaba acercando a nosotros, a su vez, una araña
genéticamente mutada –que después descubrí- bajaba y de repente me mordió.
Pegué un grito enorme por el dolor, sacudía mi brazo para que me soltase y
cuando lo hizo, cayó sobre Mary jane, afortunadamente se la quitó y Flash la
aplastó, mientras que yo me desmayaba.
-Ben, estoy muy preocupada –decía una voz que apenas
distinguía.
-Tranquilízate May, el muchacho estará bien –decía otra
voz con calma que reconocí por completo.
-¿Tío… -trataba de abrir los ojos -¿Tio Ben?
-¡Muchacho! –dijo sorprendido -¿Cómo te sientes? –se
acercó a mí, que estaba acostado en mi cama.
-Me siento un poco mareado –dije tratando de levantarme.
-Quédate quieto –dijo mi tía poniendo sus brazos angustiada
-¿Quieres que te traiga algo de comer?
-Sí.. por favor –dije.
Capítulo 2
El día siguiente llegó, gracias al cielo era sábado y
puede descansar mucho, me sentía mucho mejor, por lo que baje a la cocina
–Después de haberme vestido claro- y ví a mi tío Ben leyendo el diario,
mientras que mi tía May hacía el desayuno. Cuando llegue a la sala vi un juego
de química completo y sin despegar la vista de él me entre a la cocina.
-¡Oh Peter! –exclamó mi tía sorprendida –Buenos días
¿Gustas algo de comer? –preguntó mostrándome el sartén con un par de huevos.
-Sí por favor –dije volteándola a ver y tomando asiento.
-¿Cómo te has sentido muchacho? –preguntó mi tío cerrando
su diario e inclinándose para verme mejor.
-Me siento mucho mejor, gracias –tome una rebanada de pan
tostado y la comencé a comer.
-El Sr. Osborn fue muy amable al enviarte esos regalos
–dijo mi tía mientras me ponía os huevos en mi plato.
-¡Pero claro! –dijo mi tío Ben molesto –Faltaba menos.
No se los he dicho, pero algo que me encanta a mí es la
química, me apasiona como no tienen idea. Tenía pensado ir a trabajar en los
laboratorios Osborn cuando me graduará, la situación en nuestra casa no es la
mejor que digamos y cualquier dinero esta nos vendría bien.
-A propósito muchacho –dijo mi tío Ben –El día de hoy iré
al centro comercial ¿Quieres acompañarme?
-Claro que sí tío –dije emocionado, tenía la extraña
sensación de salir de la casa y hacer algo.
Tras haber desayunado y de cepillarme los dientes fui con
mi tío que me estaba esperando en su viejo automóvil. Hubo un silencio incomodo
por unos momento hasta que mi tío comenzó a hablar.
-¿Sabías que Mary Jane llamó a la casa? –me volteo a ver
con una sonrisa.
-¿¡Qué!? –pregunte sorprendido –¿Me llamó? –puse mi mano
sobre mi boca para cubrir mi asombro, pero no resulto.
-Es una muchacha agradable –volvió a sonreír.
-¿La conoces?
-Harry me ha hablado de ella y de cómo trata de acerca a
ti.
-No creo que quiera acercarse tío.
-¡JA! También
me menciono de tus ataques de nervios –empezó a reír a lo que yo sólo me cubrí
el rostro completo con las manos por la vergüenza y la pena –Escucha… Peter,
–continuo hablando –no te pongas nervioso con las chicas, sólo tienes que
actuar tranquilo y lindo con ellas.
Cuando por fin llegamos la centro comercial, me
encontraba reflexionando, pensando en lo que me había dicho mí tío. Verán, mis
padres murieron cuando yo era muy joven y mis tíos eran las únicas personas que
podían cuidarme; Mi tía es muy dulce conmigo, siempre ve por mi lado sensible y
se preocupa mucho por mí, mientras que mi tío me ha enseñado varías lecciones
para la vida, nunca podre pagarle por todo lo que me ha dado, sus consejos –y
los de mi tía- me han hecho lo que soy.
Me encontraba tan inmerso en mis pensamientos que no me
daba cuenta de lo que hacía, recuerdo que el bote del jabón líquido se me hacía
muy pesado, necesitaba ambas manos para cargarlo, lo mismo sucedía con el
paquete de sodas, pero en esta ocasión sin el menor esfuerzo lo puse en el
carrito con un solo brazo. Y yo creo que nunca me hubiera dado cuenta de todo
esto de no haber sido por lo siguiente.
Resulta que mientras pasábamos por el pasillo de comida
en latada, un hombre estaba acomodando las latas, las estaba colocando en el
quinto nivel del anaquel y a su lado tenía la caja llena de ellas y por error
golpeo la caja e hizo que callera. Sentí una especie de cosquilleo en mi nuca,
sonará raro, pero era como si me dijera “¡Cuidado!” hice un movimiento bastante
rápido y brusco para quitar a mi tío, pero mis anteojos se cayeron y quedaron
destrozados.
-¡Cielo Santo! –dijo mi tío impresionado.
-¿Estás bien tío? –pregunte preocupado.
-Sí, gracias, pero Peter… tus anteojos.
-¿Qué? –pregunte confundido ya que creía que aún los
tenía puestos porque veía perfecto -Tío… ¡Puedo ver! –dije emocionado.
-¿Qué? –preguntó confundido.
-No lo sé, pero me encanta –comencé a reír.
La tiendo nos hizo un descuento por las molestias, yo
estaba sonriendo como nunca, pero mi tío estaba un poco preocupado, por lo que
me dijo que sería buena idea ir al médico. Estaba un poco confundido por la
petición, pero a decir verdad, me sentía un poco preocupado y nervioso por
estos cambios así que accedí.
Todo tipos de pruebas me fueron aplicadas y al final me
dijeron que los resultados estarían listos para el domingo, por lo que nos
fuimos a casa y me llamó la atención un anunció en la radio; ofrecían 500
dólares a la persona que venciera a un tal “Musculoso”.
Esa noche y a la mañana y la tarde del domingo me
encontraba en mi cuarto pensando en todo lo que había sucedido y me acorde da
la mordedura de la araña, sobre las posibilidades de que esta fuera la causante
de todo. En la noche del domingo llamaron a mi casa por teléfono, era el médico
y le decía a mi tío que no había pasado nada malo conmigo, que todo estaba en
orden –aparentemente-. Yo estaba en mi cuarto, me acerque a mi pared, puse una
mano seguido de un pie y comencé a escalar la pared hasta llegar al techo, me
encontraba de cabeza.
-¡Por Dios! –dije sorprendido.